Expon con sinceridad y sencillez tu sentir y deja que la verdad obre por sí sobre la mente de tu hermano; que le gane ella, y no que le sojuzgues tú. La verdad que profieras no es tuya; está sobre ti, y se basta á sí misma.
Miguel de Unamuno, Diario íntimo, Madrid, 1970, p. 37