El sistema mundial nació el 12 de octubre de 1492. Como es sabido, el parto fue doloroso, ya que involucró la subyugación de centenares de pueblos en cuatro continentes. Para millones de personas, su cristianización fue literalmente su crucifixión.
Mario Bunge, Tres mitos de nuestro tiempo: virtualidad, globalización, igualamiento, Santa Fe, 2001, p. 29