El movimiento dadá correspondía a una idea de nihilismo, de desesperación de la literatura. Quedamos decepcionados cuando supimos, después, que no eran verdaderos escépticos, que se peleaban por ser reconocidos como los “verdaderos” fundadores del movimiento. En fin, supimos que los dadaístas eran escritores tan profesionales como los demás, igualmente celosos, igualmente vanidosos.
Jorge Luis Borges, in Pilar Bravo and Mario Paoletti (eds.), Borges Verbal, Barcelona, 1999, pp. p. 67